Todo comenzó en 1994, cuando conocí a Henry Soto, que era profesor de una materia rarísima llamada "Televisión", en un colegio de Cali - Colombia, llamado Lacordaire. Yo era estudiante de tercer semestre de diseño gráfico y no tenía ni idea de cómo conectar un vhs a un televisor, ni de como prender una cámara o hablar frente a un micrófono. El cuento es que después de quince días de haber conocido a Henry, yo estaba dictando mi primera clase en el estudio de televisión del colegio Laordaire a estudiantes de noveno grado.
Muy irresponsable de mi parte, y sobre todo, muy iresponsable de parte de los curitas del colegio haberme contratado, pero definitivamente creo que no los defraudé, ni a ellos ni á mí. Ahora, a 12 años del inicio de esta historia, creo que fue la mejor elección que he hecho. Una decisión que marcó mi destino profesional y de vida. Soy felizmente profesor de niños, niñas y jóvenes que juegan todos los días a ser comunicadores escolares, ponen sus sueños en las líneas de su periódico escolar, hablan de sus hazañas frente al micrófono de la emisora y escriben la historia a través de las imágenes que captan con la cámara del noticiero del colegio, incluso hacen comentarios a las letras digitales de su periódico en internet.
Amo esto. Y digo orgullosamente que, a pesar de haber estudiado diseño gráfico, de haberme graduado como comunicador social y periodista, no soy nada de eso. Soy orgullosamente "comunicador escolar"
